Si todo está “tranquilo y favorable”, si no hay ninguna inquietud, excelente. ¡Disfruta tu momento! Pero si tú estás insatisfecho con las cosas como están, si percibes que algo necesita cambiar, en fin, si tú decides que quieres más, que quieres llegar más lejos, bueno, en este caso, eres muy bienvenido a bordo del Club del Foco.
Para construir una casa, comenzamos haciendo los cimientos. Para construir un FOCO, también tenemos que hincar los pilares. Los Pilares del Foco constituyen una “triple A” – AAA: de más Allá, A de Ambiente y A de Actitud. Piensa en un banquito de tres patas. Si falta una, ¿el banquito se mantiene en pie? Así es también con el FOCO.
No se puede ir adelante sin tener FOCO y no se puede construir un FOCO sin considerar la dimensión de la esperanza, de lo que está por venir, la dimensión del Después. Tenemos que mirar aquello que realmente queremos conquistar allá adelante, en el tiempo futuro. Es un ejercicio de fe, de creer en el porvenir y trazar una dirección. Enfocar y establecer un puente entre el sueño y la realidad.
Realidad. Allí está el segundo pilar del FOCO, el Ambiente. Es esencial que se haga una cuidadosa recolección de todas las informaciones que nuestra realidad nos provee. Es fundamental conocer bien el terreno donde vamos a enterrar ese importante pilar para que el puente no se desmorone.
Por último, no nos sirve de nada quedarnos contemplando el puente. Lo que verdaderamente hace la diferencia es cruzarlo, es tomar la Actitud de caminar. Es la Acción que determina si llegaremos a la meta, si vamos a alcanzar nuestro objetivo o no.
Cuando se trata de algo que contiene las incertidumbres propias de la dimensión del futuro, lo mejor es no establecer un riel sino un sendero para llegar a la meta. Por eso nuestra creencia de que Foco no es acertar en el blanco. Es no equivocarse en la dirección…
Quien quiere ir más allá, tiene que escoger correctamente entre esto y aquello. Sin FOCO, cualquier dirección sirve. Pero cuando se tiene un foco es diferente. Inconscientemente tú identificas lo que te impulsa y lo que dificulta tu caminata. El que tiene dirección, de verdad, en el fondo, bien hondo sabe cuando está distanciándose de ella y por qué.
Vivir sin foco es como navegar en un océano sin brújula, sin GPS. Es como levantar vuelo sin una ruta definida y sin los instrumentos de navegación…
Al establecer un foco todo es diferente, más fácil. El sueño de ir a un lugar distante, por ejemplo, comienza a salir del papel, a materializarse. Tú, en las alas de tu imaginación, comienzas a verte en aquel lugar. Vienen las ganas de buscar más y más informaciones, las ganas de prepararse. Tú comienzas a dibujar un camino, una senda, ¡Una manera de llegar allí!
Para quien quiera ir Más Allá en el arte de enfocar, basta acceder a www.criafoco.com.br y recibir gratuitamente contenidos ¡para usar mejor el “coco” y crear foco!
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