¡No te equivoques! No vamos a poner a tu disposición aquí una fórmula mágica para que tú, en un abrir y cerrar de ojos, tengas tu foco en la palma de la mano. Eso sería engañoso. Lo que encontrarás aquí es un poco de método para afilar tus propias herramientas, pero la construcción de tu foco es algo personal e intransferible. Solo tú puedes hacerlo y nadie más. ¡Y será necesario sudar la camisa sí! Una cosa para alguien a quien le gusta un reto y detesta las cosas ya hechas.
La buena noticia es que si tú aprendes a usar lo mejor de tu inteligencia como herramienta, tú llegas más lejos. El primer paso es entender cómo se da la creatividad en el plano mental, cómo es que el cerebro crea. Comprender esto es la clave para crear. Sin inquietud, no hay creación. El proceso creativo comienza allí.
INQUIETUD – EL PRIMER PASO. Hay razones de sobra para estar inquietos, además de la crisis. Dicen los entendidos que no estamos en una era de cambios, pero sí en un cambio de era. Fíjate:
Había una vez una economía… El mercado ahora es global. La producción ocurre en las cadenas globales. Los nuevos consumidores compran y consumen de forma diferente, tienen una forma nueva de relacionarse con el producto – quieren tener experiencias más que simplemente consumir. Un nuevo juego empresarial se establece. La internet democratiza la divulgación y el acceso a los productos y revela también el dolor e inquietudes de cada uno. Permanece en el juego quien percibe y reacciona primero, y usa mejor la inteligencia en la dirección correcta.
Había una vez una tecnología… El que se queda en su zona de confort, durmiendo en los laureles ¡se va a sentir muy frustrado! Si tu diferencial estratégico es tecnología, ¡cuidado! Pues la tecnología está cada día más barata, disponible y dura poco. Tu competidor viene con algo nuevo, que le va a encantar a tu cliente, si es que no lo raptó ya, en el cliquear de la noche. Como empresa, vence quien logra atraer y retener inteligencia. Como usuario, no tiene mucho sentido. Cada día una nueva versión, un nuevo algoritmo, una nueva opción. El que descubre y usa mejor las novedades, sale adelante y los otros se quedan…
Había una vez una escuela… Sin culpar a la escuela o al educador, el hecho es que la escuela tradicional no ha logrado entregar lo que esa nueva generación está exigiendo. Existe un abismo de incomprensión. Insisten en un plato combinado, cuando la exigencia es construir, de forma colaborativa, un self-service. No hay tiempo para aprender y enseñar… Es esencial desarrollar rápido el arte de facilitar el aprendizaje. Cada uno descubriendo más temprano lo que hace mejor. Foco individual y específico.
El conocimiento, de forma general, está ahí, a un clic de cada uno. Lo que hace la diferencia es justamente lo que no aprendimos: el uso metódico de la inteligencia como herramienta. Y, tal vez por eso, tantas inquietudes. Ellas no están fuera, sino dentro de nuestras cabezas. Molestan, pero no es algo malo. Es algo bueno, pues le da impulso al proceso creativo.
Mejor que lamentar es saber que el truco ahora es otro. En vez de usar herramientas con inteligencia, es hora de usar la inteligencia como herramienta. ¡Fíjate en el paso 2 cómo debes prepararte!