La Historia de las Civilizaciones registra, desde el antiguo Egipto, un deseo explícito de los pueblos por la cuestión de la Inteligencia y su localización física en el cuerpo humano.
El Concepto de Inteligencia Única, raramente cuestionado a lo largo de la historia, se solidificó influenciando decisivamente toda la estructura del Sistema Tradicional de Enseñanza. Para una inteligencia Única, nada es más natural que un sistema de enseñanza uniforme.
En esta perspectiva se estructuraron y tuvieron un gran éxito las Pruebas de QI y Aptitud Escolar. Inteligencia medida, desempeño previsto, modelo reforzado. El ideal del pensamiento científico poco a poco se fue sacralizando entre nosotros.
Celebridades como Piaget y tantos otros introdujeron importantes avances y nuevos abordajes al viejo modelo, que ya presentaba signos de agotamiento.
Importantes cuestiones relativas al desempeño personal demandaban respuestas más convincentes, que ni los teóricos anteriores, ni aún las pruebas de QI lograban satisfacer. Las Pruebas de QI preveían eficientemente el desempeño en la escuela pero fallaban estrepitosamente en relación al “desempeño en la vida”.
¿Cómo explicar la vida mediocre de personas con altísimos QI? ¿Cómo entender el hecho de que muchos exponentes de la humanidad – en los varios ramos de actividades tiene solo QI mediano? ¿Por qué los mejores alumnos necesariamente no son los mejores profesionales del mercado?
El viejo modelo centrado en el concepto de inteligencia única al no ser capaz de responder cuestiones centrales del proceso de ENSEÑANZA-APRENDIZAJE-ACCIÓN, evidencia la aproximación de un punto de ruptura – Vale aquí recordar el clásico concepto de George Land sobre el PUNTO DE RUPTURA Y TRANSFORMACIÓN. Un nuevo concepto de Inteligencia necesitaría pues ser formulado.
La Fundación Holandesa Bernard Van Leer, Foundation of the Hague, interesada en investigar la naturaleza de la realización del potencial humano, contrató en 1979, a la Harvard Graduate School of Education para desarrollar un proyecto en este sentido. Exactamente allí comenzaba una nueva era.
Utilizando los recientes descubrimientos de la ciencia en el estudio del cerebro y de la mente, con base en numerosas investigaciones desarrolladas hasta 1983, un grupo de científicos liderados por Howard Gardner formularon la “palpitante” Teoría de las Inteligencias Múltiples.
Ni el propio Gardner, en el momento en que publicó Estructuras de la Mente, en 1983, imaginaba la profundidad de las implicaciones que el concepto de Inteligencias Múltiples causarían en el mundo educacional.
Más que mapear científica y criteriosamente Siete Inteligencias (Musical, Lógica-Matemática, Lingüística, Espacial, Corporal, Interpersonal e Intrapersonal), Howard Gardner desmitifica la nociva suposición de jerarquía entre las múltiples capacidades humanas. Las Inteligencias son Múltiples y como capacidades poseen igual importancia y así necesitan ser consideradas y trabajadas.
Gardner define, por lo tanto, un nuevo concepto según el cual inteligencia es la capacidad de resolver problemas o crear productos.
Las Inteligencias Múltiples, de cierta forma, chocan con el Sistema de Enseñanza Tradicional al cuestionar el “ideal del pensamiento científico” y la exagerada importancia atribuida a la lógica-matemática y al lenguaje.
Asumir la igualdad de las múltiples inteligencias y así permitir que las personas se manifiesten utilizando aquellas capacidades que les son más “familiares” es absolutamente decisivo en el mejor aprovechamiento del potencial humano.
Menos que formar genios, la propuesta tiene el sentido de no mutilar a las personas. En especial a los niños, que necesitan que su autoestima sea reforzada y recibir estímulos positivos para el desarrollo de sus diferentes inteligencias.
Así, el concepto de Enseñanza Uniforme conectado a la concepción de Inteligencia única no se sostiene más.
La comprobación de que las Inteligencias son múltiples, que las personas aprenden de formas diferentes y que el conocimiento hoy evoluciona en una nueva dimensión, están exigiendo un nuevo Modelo, evidentemente centrado en el Individuo. Esta es, tal vez, la mayor contribución de la teoría de Gardner para la Educación.
Se tiene consciencia de las dificultades de implementación, pero también la certeza de que esta es la única Educación por la que valdría la pena luchar.
Cuando los especialistas de educación, dirigentes de organizaciones y líderes de opinión en general comiencen a hablar y pensar sobre la posibilidad de transformación del proceso ENSEÑANZA-APRENDIZAJE-ACCIÓN utilizando las mismas presuposiciones, el paso decisivo habrá sido dado.
También las Organizaciones necesitan aprender a “aprender” de forma diferente. El nuevo personaje que en la clase substituirá al profesor, en las empresas substituirá al gerente. Este personaje es el facilitador.
Se trata de un personaje de ficha catastral todavía no muy completa, que está siendo atentamente investigado por grandes corporaciones. Se busca alguien habilitado para relacionarse con las múltiples inteligencias y construir equipos competentes en la resolución de problemas y que se relacionen dentro de una nueva perspectiva.
Se necesitan profesionales de RH que se habiliten a trabajar como Educadores Organizacionales. ¡Atención! el momento no está exigiendo un “ profesor”, sino un “facilitador”. Más que un “empleo”, esta es una posibilidad concreta de cerrar el milenio haciendo una efectiva diferencia en la vida y en la empresa. Formar emprendedores osados, creativos y que utilicen su pleno potencial será decisivo para que las organizaciones puedan sobrevivir en el futuro, que ya llegó.
El propio racionalismo de las empresas ciertamente tendrá que ser repensado juntamente con todo el actual sistema de recompensa versus castigo. Ahora, de forma urgente y radical.
Absolutamente estratégica es la posibilidad de las organizaciones de hoy, de salir de la retórica y participar proactivamente de la construcción y implementación de este modelo que estará produciendo los profesionales del nuevo Siglo.
Para muchas Instituciones de Enseñanza que han creído en las Inteligencias Múltiples, esta nueva realidad está llegando más temprano.
En un reciente “workshop” en el que tuvimos el privilegio de participar, en los Estados Unidos, al lado de educadores que actúan en escuelas que están implementando en la práctica esa nueva propuesta de enseñanza, pudimos constatar a través de los abordajes presentados de los planes de clase y de los trabajos desarrollados por los alumnos que, entre otras cosas, el nuevo modelo está contribuyendo de forma importante para la formación de personas con autoestima más elevada y mayor habilidad y flexibilidad en sus procesos de elección.
Esta nueva realidad nos propone una revisión de nuestro propio concepto de Creatividad y su aprendizaje. Para producir Soluciones Innovadoras, Útiles y Relevantes – esencia del proceso creativo, se necesita más que aquellos deliciosos juegos creativos – propuesta principal de muchos workshops de creatividad. Creatividad es emoción, es imaginación, es osadía y, principalmente, metodología de trabajo.
Hace 42 años la CEF-Creative Education Foundation (EE.UU.) desarrolla y perfecciona la CPS-Creative Problem Solving (solución creativa de problemas) que contiene un conjunto de técnicas para facilitar el aprovechamiento del potencial creativo en la solución de problemas.
Tiene sentido común entre los investigadores americanos que nos acompañan desde hace tres años en nuestra senda de formación de facilitadores en aquella institución, la comprensión de que utilizar las Inteligencias Múltiples en el proceso creativo, más que conocimiento, exige una postura de facilitación. Prepotencia, divismo y viveza son absolutamente incompatibles con esta postura, pues, más que una técnica para trabajar con grupos, facilitación necesita ser una opción vital.
Es “una forma de estar en la vida” y en la relación con los otros. Una forma que reconoce las múltiples capacidades de los individuos, que percibe los diferentes ritmos de cada uno, que respeta esas diferencias, que cree (de verdad) en la fuerza de los grupos y de los equipos, y que tiene un profundo compromiso con la existencia humana. Esta es, en la esencia, la convicción de Howard Gardner al formular su teoría.
Son muchos los “insights” que este rico momento en la historia de la humanidad propicia a todos aquellos que logran tener una percepción activa.
En un país que se caracteriza, según muchas investigaciones, por una población con una autoestima tan debilitada, la posibilidad de reconocer y trabajar con las múltiples inteligencias de nuestros profesionales es una posibilidad concreta de rescate de la ciudadanía y del Ser Humano Integral.
Ha llegado, pues, la hora de que las Instituciones de enseñanza, empresas y educadores, incluyendo a los profesionales de RH, que son los educadores responsables por continuar el proceso de aprendizaje en el plano interno de las organizaciones, se apropien de estos nuevos conceptos que, si son aplicados de una forma integrada y competente, pueden viabilizar la tan deseada realización plena del potencial humano.
(*)Administrador – TELEMIG, Director de CRIAR-Instituto de Criatividade e Desenvolvimento (Instituto de Creatividad y Desarrollo) y miembro del Creative Education Foundation – EE;UU.
Texto Publicado por el EM el 14.04.1996
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